miércoles, 3 de julio de 2013

EL TREN DEL FIN DEL MUNDO O EL TREN DE LOS PRESOS

      FERROCARRILES DEL SUD -- INFORME ESPECIAL    


NO SOLÓ ES EL TREN MÁS AUSTRAL DEL MUNDO, SINO QUE RECUERDA LA HISTORIA DE LOS CONFINADOS AL PRESIDIO DE USHUAIA, LOS MISMOS QUE CONTRIBUYERON A CONSTRUIR LA CIUDAD Y POBLAR LA REGIÓN.





La estación del tren, ubicada a 8km de la ciudad dentro del Parque Nacional Tierra del Fuego, estaba colmada de turistas. En el hall, el cuarteto fueguino “Del '65” interpretaba en vivo los tangos clásicos haciendo la espera más entretenida. Pero cuando sonó el silbato, todos nos dispusimos para abordar el tren. A las 9:30 estaba en el andén la “Camila”, una de las dos locomotoras a vapor que encabezan el recorrido del tren más austral del mundo.




En 1994, luego de 42 años de un obligado y silencioso retiro, el tren del fin del mundo volvió a retomar su antiguo recorrido.
Me acomodé en el primer vagón junto a Mónica, la guía que nos iba a acompañar en el trayecto que inició lentamente, como hace 100 años atrás.




Los días del presidio

“...Los días se suceden sin cambios, como si se hubiese detenido el tiempo desde que llegamos. Siempre lo mismo: del presidio al campamento en el bosque y después de hachar todo el día, de nuevo al presidio, por el mismo tren...”

Quizás haya sido el pensamiento de algunos de los 90 penados que llegaron a Ushuaia. Desde 1883, año en el que el presidente Roca promulgó la ley que autorizara el asentamiento del presidio en Tierra del Fuego, hasta 1909 cuando se tendieron los ramales ferroviarios y la nueva ciudad creció al ritmo de la cárcel de reincidentes. El nuevo tren jugaba un papel fundamental para la construcción del presidio y para asegurar la leña necesaria con la que cocinaban y se calefaccionaban durante todo el año. El ramal se extendía por la ladera oriental del monte Susana y luego por el centro del valle del río Pipo, curso de agua que recibió el nombre de un preso que se escapó y desapareció siguiendo la corriente. En esa época, la primera locomotora de vapor había recibido el apodo de “La coqueta” porque se trasladaba dando pequeños saltos a lo largo de su recorrido.


Avanzábamos a 7km por hora por el cañadón del Toro, bordeando el río hasta cruzarlo por un puente desde donde vimos los vestigios del viejo cruce. Unos metros más y llegamos a la estación de “Cascada la Macarena”, donde paramos para admirar la belleza agreste, que hoy preserva el Parque Nacional Tierra del Fuego. Esta era una parada obligada para recargar el agua de las locomotoras.

Cuando se escuchó el silbato, retornamos al tren para continuar viaje. Antes de entrar al bosque subantártico, pasamos por el cementerio de árboles. Allí Mónica nos explicó que los tocones (parte del tronco que queda unido a la raíz) más altos son de los árboles que los prisioneros cortaban en invierno.




En el tramo final bordeamos el turbal, característico de este entorno natural en el que crece casi exclusivamente un musgo del género sphagnum. Faltaba poco para llegar a la Estación del Parque, el punto final del paseo. Al arribar la locomotora luego de desengancharse y cambiar de carril, vuelve a unirse a la formación para emprender el regreso.

Me bajé en la estación para continuar recorriendo el parque nacional. Pero antes esperé la salida del tren. Habíamos transitado 25km sobre rieles que guardan las historias de los condenados a habitar y a forjar una ciudad en los confines del país.





Es un paseo atractivo y hermoso que eligen miles de turistas del todo el mundo en el sur argentino.Conozcamos un poco de como empezo el armado y tendido de este recorrido trocha angosta en el fin del mundo, Ushuaia .-




HISTORIA : En el año 1883, el Presidente Julio Argentino Roca presenta un proyecto de Ley al Congreso de la Nación, el cual propicia una "colonia penal al sur de la República". En su mensaje a los legisladores alude a los buenos resultados obtenidos con iniciativas similares por Francia en Nueva Caledonia y Argelia y por Inglaterra en Australia.

La ley no se había sancionado cuando, en 1884, llegan los primeros presos civiles a Ushuaia. Son elegidos por sus aptitudes físicas y por sus habilidades manuales para la instalación de una estación de la Prefectura en Tierra del Fuego y en Isla de los Estados y para la construcción de un Faro.

Al frente de la misión está el Coronel de Marina Augusto Laserre quien, el 12 de octubre de ese mismo año, funda Ushuaia, vocablo de la lengua de los aborígenes Yamanas que significa: "bahía profunda hacia el Oeste". A los pocos días, el Presidente Roca promulga la ley por la que se organiza los Territorios Nacionales en nueve gobernaciones. Una de ellas es Tierra del Fuego. Y el 27 de junio de 1885, por decreto, fija en Ushuaia la capital de la gobernación más austral.

A fines de 1895, el Congreso sanciona la Ley 3.335 cuyo artículo 1º dispone: "las penas correccionales o de prisión que los jueces de la Capital Federal y Territorios Federales impongan a los reincidentes por segunda vez, serán cumplidos en los Territorios Nacionales del Sur que el Poder Ejecutivo designe al efecto". El 3 de enero de 1896, se designa al territorio de Tierra del Fuego para el cumplimiento de dicha Ley y se encomienda a su gobernador el proyecto de construcción y la reglamentación del Penal. Pocos días después, en instalaciones provisorias y absolutamente precarias, se habilita en Ushuaia la Cárcel de Reincidentes.

En los primeros meses del siglo, el Penal recibe a sus primeros habitantes. Son condenados a pena de presidio, un peldaño anterior a la pena de muerte según el Código Penal de la época. Se trata de reclusos de la peor calaña, la hipótesis de colonización pierde sentido. El ingeniero Catello Muratgia, segundo director del penal, comienza la construcción definitiva de un establecimiento carcelario adecuado y el 15 de septiembre de 1902, coloca la piedra fundamental.

La cárcel se construye con materiales de la zona: roca basáltica, madera de los bosques, arcilla y arena del suelo da la región y de los riachos cercanos. La mano de obra la constituyen, por cierto, los penados. Para trasladar los materiales se monta el XILOCARRIL, es decir un tren que circula sobre rieles de madera. Su trocha tiene menos de un metro de ancho y su tracción la forman fuertes bueyes que arrastran los vagones playos por sus humildes vías.

Años después, el ingeniero Muratgia le hace saber al Ministro de Justicia la necesidad que tiene de "varios kilómetros de vía Decauville". A finales de 1909 y principios de 1910, se registran los primeros movimientos ferroviarios. Las vías "Decauville" con trocha de 60 centímetros, comienzan a prestar su servicio e inicia su trabajo el "Tren de los Presos", tal como se lo conoció en la voz popular. El trencito une el Presidio con el campamento de tala de bosques, para ello, cruza la ciudad por la costanera. El nuevo tren se convierte una herramienta fundamental para terminar la construcción y, también, en un aliado que asegura la leña para cocina y calefacción del presidio durante todo el año.

Durante dos décadas, el tendido ferroviario avanza sobre la ladera oriental del Monte Susana y, cuando las locomotoras originales no pueden acceder a las partes más elevadas de ese sector, se continúa el ramal por el centro del valle del Río Pipo, adentrándose, más tarde, en lo que hoy es Parque Nacional Tierra del Fuego.
 


En el Presidio se instalan talleres con la idea de ocupar a los presos en algo útil y prepararlos en un oficio para encontrar trabajo una vez que recuperaran la libertad. Se les asigna una remuneración por jornada de trabajo. Así nace el aserradero, la carpintería, la ebanistería, herrería, panadería, taller de fotografía, imprenta, sastrería, zapatería y todos se ponen a disposición del pueblo como también el servicio médico y la farmacia con que cuenta la cárcel.

Los habitantes de Ushuaia también se benefician con la extensión de servicios como el de electricidad y el de agua corriente así como por la construcción de calles, caminos, plazas y puentes realizados por los mismos presos. El duro trabajo sigue hasta el cierre del penal, ordenado por decreto presidencia de marzo de 1947 en atención a razones de orden penitenciario.
 
 
El predio del Presidio pasa a la Armada Argentina y se transforma en asiento de la Base Naval. Los marinos reemplazan a los presos. Y dos años más tarde, en 1949, se produce el terremoto más violento del siglo en la isla. Gran parte del tendido ferroviario queda bloqueado y el tren parece haber llegado al fin de sus días.

Sin embargo, el gobierno hace el esfuerzo de ponerlo de nuevo en servicio. Es apenas una prórroga de la agonía. En 1952 el "Tren de los Presos" deja de circular, se acalla su ruido de vapor y con él se disuelve el último vestigio de las rudas voces de aquellos presos que hicieron patria, de aquellos presos que buscaron redimirse consigo mismo ante la tremenda soledad austral.

Cuarenta y dos años después de su último servicio, en 1994, el tren del fin del mundo, el "Tren de los Presos", retoma su recorrido histórico. Las comodidades son distintas pero el espíritu emprendedor busca rescatar el esfuerzo de aquellos hombres rudos que nos precedieron.
 

HABLEMOS DE HOY

La Estación
 
La Estación Fin del Mundo es la estación cabecera de este ferrocarril. Se encuentra continuando la Ruta Nacional Nº3, a 8 kilómetros hacia el oeste de la ciudad de Ushuaia. Próxima al Valle del Río Pipo, entre el Monte Susana y la cadena montañosa Le Martial. Cuenta con una superficie de 450 m2., abarcando boletería, boutique, salón de espera, baños y oficina.
 
El Bar
En la Estación Fin del Mundo disfrute de nuestra cómoda cafetería y bar, para degustar tortas regionales acompañadas de un sabroso chocolate caliente.
La Boutique
También encontrará en la Estación del Fin del Mundo una boutique donde podrá adquirir atractivos recuerdos de su visita.
Hoy el tren en su maximo explendor .-
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